Llevo tiempo sin escribir, no encuentro temas para los que en momentos delicados, como los de hoy, pueda y deba hacerlo. Es una responsabilidad. Por ello lo hago aquí y sobre el mundo al que me dedico. En los últimos meses, las noticias y da igual el medio, nos están recordando que el mercado inmobiliario está lentamente resurgiendo. Hoy estoy empezando y me siento a comparar estos momentos a aquellos cuando en los noventa del siglo pasado era novato. Entonces, veníamos de una crisis en donde los bancos restringieron el crédito por las condiciones del mercado. Hoy, en gran parte, la crisis, y no entro en sus causas, es financiera pura. Esto hace que la vuelta de la actividad promotora haya sido distinta.
Si, hoy se promueve diferente. Los bancos, y con tipos reales casi negativos, miran más el riesgo que el beneficio del apalancamiento. Entonces preferían promociones donde se repartiese el riesgo en cuanto más partícipes mejor. Casi daba igual su perfil, si el importe de la hipoteca era pequeño servía. Hoy sólo dan dinero a quienes esencialmete no lo necesitan. Esto tiene sus consecuencias.
Hace años, la recuperación de la construcción venía de primero las VPO y despues la renta libre, muchas veces en suburbios. Hoy empezaron en vehículos de inversión en pleno corazón de lo mejor del barrio de Salamanca. Antes, era un negocio bancario, hoy son un negocio para que los bancarios no pierdan sus mejores cuentas. Éstos no pueden ofrecerles productos razonables para los apetitos exigentes, así, ofrecen a los que invierten negocios donde se sienten más seguros conociendo, aunque sea de lejos, a sus teóricos clientes. Antes, se promovía en todas partes, muchas veces sin sentido, sobre todo inmobiliario, creabas tu propia demanda a base de precios bajos. Hoy todos queremos lo mismo, esa corta clase media alta que ha sobrevivido a la crisis. No veo, ni de cerca, la promoción de vivienda para las clases más humildes. espero, y deseo, al menos, la misma para la clase media baja, la que más lo necesita y más volumen genera. Las premium nos pueden hacer vivir a unos cuantos, unos cuantos años, pero Marbellas, Valdemosas y barrios como los de antes, eran, son y serán para unos pocos, pero sobre todo, no asientan una industria.